Los problemas del primer mundo son asuntos que resultan difíciles o problemáticos desde el punto de vista de aquellos que residen en los países más desarrollados, pero que parecen triviales en comparación con las dificultades a las que se enfrentan los habitantes del tercer mundo.
Con nuestro reportaje, esta expresión hemos querido utilizarla como una critica a aquellos que se quejan de sus problemas cotidianos en el primer mundo, problemas que no son importantes, pero que de estos granos de arena suelen hacerse montañas inalcanzables.
El filósofo esloveno Slavoj Zizek criticó el uso desdeñoso de esta expresión:
"...de la crisis ecológica, de los nuevos racismos e intolerancias, etcétera, no puede parecer sino cínico a la vista de las crudas pobreza, hambre y violencia del Tercer Mundo; por otro lado, los intentos de desechar los problemas del Primer Mundo como triviales en comparación con las «reales» catástrofes permanentes del Tercer Mundo son imposturas no menores: centrarse en los «problemas reales» del Tercer Mundo es la forma última de escapismo, de evitación de la confrontación con los antagonismos en el seno de la propia sociedad."
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